Yo lo rezo justo
antes de irme a la cama. Es la última cosa que hago en el día antes de meterme
en mi dormitorio.
Esta liturgia consagra a Dios las horas del sueño. También el sueño debe ser alabanza.
Para
eso, tras las completas, mi mente debe guardar el silencio interno, la
presencia de Dios, el diálogo con el Espíritu Santo, desechando todo lo que me
distrae.
No debe haber conversaciones con el mundo tras completas.
Las
completas como una consagración.
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