Yo la rezo a las
doce en punto del mediodía, interrumpiendo el trabajo que esté haciendo.
Por primera vez
digo: Dios mío, ven en mi auxilio. Ya que en Laudes ha sido otro el versículo con el que comienzo.
Recordamos con
agradecimiento y adoración, la hora en que Cristo fue elevado en la Cruz.
La hora sexta te
ofrece la oportunidad de ponerte ante Jesús. Con tu espíritu ve ante Él.
Es uno de los cinco
momentos sagrados de la liturgia diaria. Cuanto más sagrado hagas este momento,
más te santificará.
Esta hora es como
un oasis en mitad de la mañana. Como si entráramos delante del Trono de
Jesucristo, para ofrecerle un breve saludo.
Otro pensamiento muy adecuado a esta hora, es pensar que salmodiamos delante de la Cruz en el Calvario.
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